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AVANCES EN EL CONOCIMIENTO DEL HIPOTIROIDISMO CANINO

 

 

TRABAJO ORIGINAL EN:

Canine Hypothyroidism, An Overview

Erin Bell, DVM; Kenneth S. Latimer, DVM, PhD; Bruce E. LeRoy, DVM, PhD; Holly Moore, DVMClass of 2005 (Bell) and Department of Pathology (Latimer, LeRoy, Moore) College of Veterinary Medicine, University of Georgia, Athens, GA 30602-7388.

Traducido por Alejandro Flores A. VetLab®

INTRODUCCIÓN


El hipotiroidismo se origina por una menor producción y secreción de las hormonas tiroideas, dando lugar a una disminución en el metabolismo basal.(1) Se trata de la endocrinopatía más común en el perro. Los signos clínicos son muy variables e involucran a casi todos los órganos y sistemas. Si bien no existe un test óptimo para cada situación clínica, los médicos veterinarios disponen actualmente de varias opciones diagnósticas para evaluar la función tiroidea. Por lo tanto, deben ser cuidadosos en la interpretación de los resultados de estas pruebas, teniendo presente que su aplicación clínica debe estar en función de su sensibilidad y especificidad.(8) La presente revisión pretende ofrecer una visión general del hipotiroidismo canino, con especial énfasis en las pruebas diagnósticas actualmente disponibles, destacando sus ventajas y desventajas.

 

 

HIPOTIROIDISMO CANINO. ETIOLOGÍA

 

 

Figura 1: Glándula tiroides normal, compuesta de folículos coloidales, células epiteliales foliculares tiroídeas (flecha negra) y células-C parafoliculares (flecha blanca)
 

Figura 3: Glándula tiroídea atrófica, compuesta de células epiteliales degenerativas. Se muestra un folículo individual que contiene coloide y células en degeneración (flecha blanca).

 
Si bien cualquier disfunción en el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal puede provocar una deficiencia en las hormonas tiroideas, más del 95% de los casos clínicos de hipotiroidismo en perros se derivan de la destrucción de la glándula tiroides (hipotiroidismo primario).(1) La glándula tiroidea normal se describe con numerosos folículos compuestos por columnas de epitelio cuboidal que contienen gotas de coloide tiroideo (fig. 1). El hipotiroidismo primario puede originarse en una tiroiditis linfocítica, en una atrofia tiroídea idiopática o, más raramente, en una neoplasia.(15) Aproximadamente en el 50% de los casos el hipotiroidismo primario se deriva de una tiroiditis linfocítica.(7) Se ha establecido que la tiroiditis canina es inmunomediada y se caracteriza histológicamente por una infiltración difusa de linfocitos, células plasmáticas y macrófagos (fig 2). Subsecuentemente, esta infiltración provoca una progresiva destrucción de los folículos y una fibrosis secundaria.(1, 11) Los anticuerpos antitiroglobulina están presentes en el 42% al 59% de los pacientes con tiroiditis.(7)
La Atrofia tiroidea idiopática se caracteriza histológicamente por una pérdida del parénquima tiroideo y por el reemplazo del coloide normal de los folículos por tejido adiposo (Figura 3).(1) La mayor parte de los perros con neoplasia toroidea son eutiroídeos, esto es porque el hipotiroidismo no se manifiesta sino hasta después de la destrucción del 75% del parénquima tiroideo.(7) No obstante, en algunos perros se ha reportado hipertiroidismo en presencia de carcinoma tiroídeo funcional.(8)
El hipotiroidismo secundario resulta de una inadecuada secreción de tirotropina (Hormona Estimulante del Tiroides, TSH) desde la glándula pituitaria, y ha sido poco común su diagnóstico, probablemente porque la validación del test para TSH canina sólo se ha producido recientemente. Las causas de hipotiroidismo secundario adquirido incluyen la neoplasia y las malformaciones de la pituitaria, así como los quistes craneobucales (Rathken´s).(15) Los grandes tumores, al ser de naturaleza no selectiva, provocan atrofia compresiva y sustituyen el tejido pituitario. También pueden ocurrir deficiencias de otras hormonas pituitarias (una o más).1
Un hipotiroidismo terciario puede resultar de una deficiencia de la hormona hipotalámica liberadora de la tirotropina (TRH). Esta entidad no ha sido aún documentada en el perro.(7)
El hipotiroidismo congénito (cretinismo) es raramente diagnosticado en perros. El hipotiroidismo congénito primario es consecuencia de una deficiencia de ioduro, de una disgenesis o de la dishormonogenesis tiroidea (incapacidad para organificar el ioduro). El hipotiroidismo congénito secundario (asociado a enanismo desproporcionado), provoca letargia, anormalidades en la marcha y constipación, debido a deficiencias en la TSH o en la TRH, y ha sido documentado en la raza Schnauzer gigante y en un Boxer juvenil.(7)
Las causas iatrogénicas de hipotiroidismo incluyen el tratamiento radiactivo con 125I, administración de drogas antitiroídeas y tiroidectomía quirúrgica. Gracias a la presencia de tejido tifoideo accesorio, el hipotiroidismo permanente es raro después de la tiroidectomía.(7)
 

 

HIPOTIROIDISMO CANINO. SIGNOS CLINICOS

 

 

Figura 4: alopecia generalizada en un perro hipotiroideo.

Si bien la edad de inicio es variable, el hipotiroidismo es más común en perros de 4 a 10 años de edad. El hipotiroidismo comúnmente afecta a las razas de tamaños mediano y grande, siendo raro en razas pequeñas.(1) Los signos clínicos suelen ser vagos e insidiosos en un comienzo, por lo tanto, deben considerarse en el diagnóstico diferencial un amplio rango de entidades patológicas. La letargia, apatía mental, aumento de peso, renuencia al ejercicio e intolerancia al frío, son los signos clásicos del hipotiroidismo y son el resultado de un metabolismo basal disminuido.
Las manifestaciones dermatológicas pueden ocurrir en el 60% de los perros hipotiroídeos.(7) Estos signos pueden incluir pelaje seco, seborrea, alopecia, hiperpigmentación y pypoderma (Figura 4). Si bien la caída del pelo se presenta con un patrón simétrico bilateral, inicialmente se produce en las zonas de fricción, como en la cola, alrededor del cuello, tronco lateral y en tórax ventral. La acumulación excesiva en la piel de glucoaminoclicanos (principalmente ácido hialurónico) en algunos perros produce una apariencia mixedematosa (expresión facial de miedo).(13) La acumulación de glucoaminoclicanos puede también producirse en el tracto gastrointestinal, corazón y musculatura esquelética. Se pueden reconocer también algunas manifestaciones neurológicas, cardiovasculares (bradicardia) y reproductivas. El coma mixedematoso es un síndrome raro, y es una expresión severa del hipotiroidismo.(1)
 

 

Sunday, December 02, 2007

HIPOTIROIDISMO CANINO. DIAGNÓSTICO

 

 
El hipotiroidismo en perros es probablemente una de las enfermedades más comúnmente diagnosticada en la práctica médica de animales menores. Los signos clínicos de varias otras enfermedades y condiciones pueden simular un hipotiroidismo, incluso estos signos, en perros con una función tiroidea normal, pueden mejorar después de la administración exógena de hormonas tiroídeas.(1) Por esta razón, los médicos deben tener fundadas sospechas clínicas antes de solicitar las pruebas diagnósticas. Los perfiles hematológicos y bioquímicos aislados no son concluyentes para diagnosticar hipotiroidismo, y los perfiles hormonales siempre deben ser interpretados a la luz de los signos clínicos y de la anamnesis.(8) Por la amplia variedad de la presentación clínica y de los hallazgos asociados al hipotiroidismo, para establecer el diagnóstico definitivo se requieren pruebas funcionales tiroideas específicas. Las pruebas actualmente disponibles incluyen determinaciones de tiroxina total (T4 total), 3,5,3´-tri-iodotironina total (T3 total), T4 libre (lT4), Hormona Canina Estimulante del Tiroides (cTSH), la Prueba de Estimulación con TSH, la Prueba de Estimulación con TRH, Autoanticuerpos anti T3 y anti T4, Anticuerpos Antitiroglobulinas, Cintigrafía Nuclear y Biopsia de la Glándula Tiroides.(13) Como pruebas de rutina, se recomiendan T4 total, T4 libre por diálisis y cTSH.
Factores que afectan las concentraciones de hormonas tiroideas: La edad, raza, obesidad, daño sistémico y algunas drogas, pueden afectar las concentraciones plasmáticas de las hormonas tiroideas. Las concentraciones de estas hormonas en perros adultos pueden ser 3 a 5 veces superiores a las de los cachorros. Existe información acerca de que algunas razas como los Greyhounds y los Scotish Deerhounds tienen niveles plasmáticos normales de T4 total considerablemente inferiores a la referencia utilizada por la mayoría de los laboratorios diagnósticos. Pueden también observarse pequeños incrementos en las concentraciones plasmáticas de T3 y T4 en perros obesos, eutiroideos o con excesiva ingesta calórica. Las enfermedades extratiroideas que disminuyen las concentraciones plasmáticas de etas hormonas son colectivamente denominadas “síndrome eutiroideo”. Una disminución aislada de T3 total (síndrome de T3 disminuído), es menos común que las disminuciones concomitantes de T3 total y T4 total (estado patológico de T4 disminuido). Las drogas comúnmente utilizadas en veterinaria que tienden a disminuir sus concentraciones plasmáticas comprenden gluocorticoides, anticonvulsivantes, quinidina, salicilatos, fenilbutazona, sulfas antimicrobianas y los medios de contraste radiológicos.(4, 7,
Anormalidades clnicopatológicas inespecíficas: La severidad de estas anormalidades inespecíficas generalmente se correlaciona con la severidad y cronicidad del estado hipotiroideo. Estas anormalidades pueden estar asociadas con varias otras enfermedades, pero su presencia puede aportar evidencia para el diagnóstico de hipotiroidismo en perros con signos apropiados. Los hallazgos hematológicos clásicos asociados a hipotiroidismo incluyen una ligera anemia normocítica, normocrómica no regenerativa. La anormalidad clásica en la química sanguínea es la hipercolesterolemia, la cual ocurre aproximadamente en el 80% de los perros hipotiroideos, siendo entonces un excelente test de screening. Otras anormalidades clinicopatológicas pueden incluir la alta concentración sérica de triglicéridos y los incrementos de las actividadades de la fosfatasa alcalina y de la creatinkinasa. El electrocardiograma puede mostrar ondas de baja amplitud y ondas T invertidas, asociadas a bradicardia.(1,
Concentración de T4 total: La medición plasmática de T4 total sigue siendo una prueba de screening útil para el hipotiroidismo. La precisión de la T4 total, en la evaluación de la función tiroidea, está entre 85% y 90%, no obstante, es importante recordar que varios factores pueden afectar artificialmente los niveles de T4 total.(2) Esta hormona raras veces está dentro del intervalo de referencia en perros hipotiroideos, porque rápidamente sus valores ubican por debajo el rango normal, aunque con frecuencia los niveles de T4 total pueden hallarse bajos en perros con función tiroidea normal. Esto ocurre por las fluctuaciones fisiológicas de sus concentraciones, así como por los efectos de algunas drogas o de enfermedades extratiroideas.(13) La determinación aislada de T4 total por radioinmunoensayo o por e-quimioluminiscencia tiene valor diagnóstico sólo si su nivel está dentro del intervalo de referencia, o si se encuentra elevado, en cuyo caso se debe descartar hipotiroidismo. Los perros hipotiroideos, en muchos casos, se diferencian de los perros sanos sobre la base de las concentraciones de T4 total medida en reposo. El listado de condiciones extratiroideas para el diagnóstico diferencial incluye algunas drogas. También se sabe que en algunas horas del día suelen encontrarse valores de T3 y T4 totales por debajo de la línea de corte del intervalo normal. Por lo tanto, las bajas concentraciones de T3 y T4 totales no son lo suficientemente específicas como indicadores de hipotiroidismo. Siempre es recomendable confirmar el diagnóstico con pruebas más específicas, como T4 libre, cTSH o una prueba estimulación con TSH.(8 )
Concentración de T3 total: Como T3 es la hormona tiroidea más potente a nivel celular, puede parecer obvia su medición con propósitos diagnósticos.(8) No obstante, la medición de T3 total tiene menor especificidad que la medición de T4 total para diferenciar perros eutiroideos de hipotiroideos. Las concentraciones sanguíneas de T3 presentan fluctuaciones que exceden los rangos normales con mayor frecuencia que las concentraciones de T4 en pacientes eutiroideos.(7) Las concentraciones de T4 total son bajas en los estados avanzados del hipotiroidismo, pero las concentraciones de T3 están generalmente dentro del intervalo de referencia en estos perros. Una probable razón para esto implica una compensación extratiroidea y la capacidad del tiroides de modificar la secreción, liberándose más T3 a medida que progresa el trastorno. Además de los resultados elevados, pueden encontrase valores indetectables, debido a la presencia de anticuerpos anti t3. Por esta razón, no es recomendable la medición de la hormona T3 total en la evaluación del hipotiroidismo canino.(7, 10)
Concentración de T4 libre: La medición de T4 libre sérica es una prueba funcional considerada superior a la medición de T4 total, porque se afecta menos por factores que modifican su unión a proteínas. La especificidad de la medición de T4 libre es muy dependiente del método de análisis. El método de mayor precisión disponible en los laboratorios clínicos es la técnica de diálisis de equilibrio modificada.(13) La sensibilidad de T4 libre medida por diálisis de equilibrio es de 93%, y su especificidad es de 95%.(2) Pero debido a que la diálisis de equilibrio es cara y su proceso es largo, un método de radioinmunoensayo en fase sólida, que se ha desarrollado para humanos, es comúnmente aplicado a la medición de T4 libre canina. No obstante, las concentraciones de T4 libre medidas por estos métodos análogos son inferiores a los determinados por diálisis de equilibrio, por lo que, en definitiva, no se aprecian ventajas diagnósticas en relación a la medición de T4 total.(7)
Concentración de Tirotropina Endógena Canina (cTSH): El desarrollo reciente de un método para medir cTSH, aparece con un buen potencial de sensibilidad y especificidad para evaluar la función tiroidea. La TSH plasmática es la prueba de mayor sensibilidad para la función tiroidea en humanos, permitiendo el diagnóstico de hipotiroidismo en una fase temprana, incluso en un estado subclínico. Desafortunadamente el rendimiento del análisis de cTSH en perros ha sido decepcionante cuando se ha sido utilizado como prueba única.(12) Se esperan concentraciones altas de cTSH en perros con hipotiroidismo primario, porque baja la retroalimentación negativa ejercida por T3 y T4 sobre la glándula pituitaria. Desgraciadamente entre el 18% al 38% de los perros con hipotiroidismo presentan concentraciones de cTSH dentro del intervalo de referencia. Por otra parte, entre el 0% y el 14% de los perros eutiroideos presentan niveles elevados de cTSH.(13) Esto conlleva, en términos de sensibilidad para la prueba, sólo entre 63% y 82%. Las posibles razones para que los perros con hipotiroidismo leve presenten concentraciones de cTSH dentro del intervalo de referencia, incluyen el hipotiroidismo secundario o terciario; los efectos de drogas, las enfermedades concomitantes y la fluctuación circadiana del cTSH.(3) En el hipotiroidismo secundario o terciario, los rangos de concentración de cTSH están en el nivel inferior del intervalo de referencia y pueden llegar a un nivel indetectable.(15) La concentración de cTSH está dentro del intervalo de referencia en el 20% al 40% de los perros hipotiroideos, por lo que no debe ser utilizado como prueba única para hacer el diagnóstico.(2, 14) La determinación de la T4 total, asociada a la de cTSH, puede incrementar la sensibilidad en el diagnóstico.(15) Aunque la medición de T4 total es una buena prueba de screening, T4 libre y cTSH son las pruebas primarias para confirmar el diagnóstico de hipotiroidismo. Cuando se determina cTSH con T4 libre, puede aumentarse la evidencia de valor diagnóstico a un 98% de especificidad. Si estas pruebas resultan dentro del intervalo de referencia, indican que el perro no es hipotiroideo. Las disminuciones de T4 libre, con incremento en la cTSH, identifican al hipotiroidismo primario. Por otra parte, la T4 total puede estar dentro del intervalo de referencia y la cTSH puede estar elevada en el hipotiroidismo verdadero si se encuentran anticuerpos antitiroideos circulantes. En este caso puede producirse una reacción cruzada con los análisis de T4 total.(2) La medición de cTSH es un valioso complemento para la evaluación del diagnóstico de hipotiroidismo, pero no deben utilizarse sola. Las concentraciones plasmáticas de T4 libre son más específicas, pero menos sensibles que la determinación de T4 total en el diagnóstico de hipotiroidismo. Si bien tiene ventajas las determinaciones de T4 libre, las mediciones de de T4 total también se consideran adecuadas en la evaluación de la función tiroidea.
Test de Estimulación con Tirotropina (TSH): La prueba de estimulación con TSH ha sido ampliamente reconocida como una medición sensible de la función tiroidea y se ha utilizado como Gold Sandard en varios estudios en que se han evaluado los test tiroideos.(13) Esto es porque aporta importante información acerca de la reserva secretora del tiroides.(8) En el protocolo recomendado, se mide T4 total antes y 6 horas después de la administración endovenosa de 0,1 U/Kg de TSH bovina. Si la concentración de T4 total resultante después de la administración está por sobre 30 mmol/L se considera normal por la mayor parte de los laboratorios, y si se obtiene un valor menor a 20 mmol/L, se hace el diagnóstico de hipotiroidismo.(13) En las formas pitiutarias del hipotiroidismo, la glándula tiroides puede mantener su respuesta a la TSH. Con esta prueba la disminución de la concentración de los valores basales de T4 total, debido a drogas, pueden distinguirse de las formas avanzadas de hipotiroidismo primario, pero no de las otras formas del hipotiroidismo o de los estados iniciales de la enfermedad. En los casos raros y con larga data de hipotiroidismo secundario (pituitario) o terciario (hipotalámico), con la subsecuente atrofia de la glándula tiroides, pueden requerirse 2 ó más dosis diarias consecutivas de TSH para la demostrar o no la respuesta del tiroides.(8) Desafortunadamente, aunque la prueba de estimulación con TSH tiene exactitud, la TSH bovina no está validada para su uso en perros y es difícil de conseguir.(5) Se ha reportado que, ocasionalmente, la TSH bovina puede provor reacciones anafilácticas después de su administración. El test de estimulación con TSH no debe ser utilizado para evaluar la función tiroidea en pacientes en tratamiento con L-tiroxina, pues este tratamiento provoca atrofia tiroidea; la suplementación debiera ser discontinuada 6 a 8 semanas antes de la prueba.(7)
Test de Estimulación de Liberación de Hormona Tirotropina (TRH): Esta prueba de estimulación es utilizada en humanos para diferenciar hipotiroidismo primario del secundario. En las personas con hipotiroidismo primario la respuesta de TSH a la administración de TRH es exagerada, así como en el hipotiroidismo secundario no hay respuesta. En perros, la prueba ha sido utilizada en lugar del Test de Estimulación con TSH, y se miden usualmente los cambios el la T4 total.(7) El test de estimulación con TRH se realiza mediante la medición de T4 total antes y 4 horas después de la administración de la dosis sugerida de TRH sintética, que está en el rango de 0,2 mg/perro a 0,1 mg/kg. Una respuesta normal ha sido estimada en 1,5 veces la concentración basal de T4 total. Con valores basales muy bajos, debiera incrementarse al nivel de las fluctuaciones normales en el tiempo.(13) Teóricamente, la administración de TRH debe tender a incrementar las concentraciones de T4 total sólo si el eje hipófisis-tiroides está intacto. De esta forma, la respuesta a TRH debiera ser observada sólo en perros sanos y en los que padecen hipotiroidismo terciario (hipotalámico), condición que no está completamente documentada en perros. Tal vez, la principal limitación del test de estimulación con TRH es la escasa información publicada acerca de los efectos de los medicamentos y de las enfermedades extratiroideas.(8) Los resultados del test de estimulación con TRH son variables, con un porcentaje significativo de perros que no responden con un incremento substancial en las concentraciones de T4 total.(13) Esta prueba no es capaz de discriminar con precisión los perros hipotiroideos de los perros eutiroideos con patología extratiroidea, por lo que no puede ser amplamente recomendada.(5, 10)
Anticuerpos Antitiroglobulinas (ATA): Estos anticuerpos se encuentran entre el 42% al 59% de los perros hipotiroideos, y se piensa que esto es el resultado de la pérdida de tiroglobulinas circulantes, derivada de la tiroiditis linfocítica. Un test de ELISA para ATA, que está disponible comercialmente, es un indicador sensible y específico para esta tiroiditis, y se presentan falsos positivos en ‹5% de los perros que presentan otra endocrinopatía. Es importante reconocer que los títulos positivos a ATA no representan un indicador de una función tiroidea anormal. Se desconoce si todos los perros positivos a ATA desarrollan definitivamente hipotiroidismo.(7, 9)
Anticuerpos anti T3 y anti T4: Los anticuerpos dirigidos contra T3 y T4 pueden también encontrarse en la tiroiditis canina, aunque ellos son menos prevalentes que los ATA. La incidencia o identificación de los anticuerpos anti T3 es mayor a la de los anticuerpos anti T4. Estos anticuerpos no son indicativos de hipotiroidismo, puesto que los perros con tiroiditis pueden tener una reserva tiroidea normal. Los anticuerpos dirigidos contra T3 y T4 pueden interferir con los análisis de las hormonas respectivas, provocando aumentos o disminuciones espurias en la medición de las concentraciones hormonales.(7) El significado clínico de los anticuerpos anti hormonas tiroideas es, primariamente, indicativo de tiroiditis linfocítica, pero puede provocar confusión en la interpretación de las pruebas de función tiroidea.(8)
Cintigrafía: La cintigrafía nuclear, utilizando Iodo Radiactivo o Tecnecio, es raramente utilizada como método diagnostico para hipotiroidismo, por la limitada disponibilidad de la técnica, así como por la exposición del animal y del personal a isótopos radiactivos y por baja la exactitud del procedimiento.(13) Está disponible solo en instituciones de referencia, no siendo esta determinación de captación tiroidea muy utilizada como pruebas de screening para el hipotiroidismo canino, estando reservada para ayudar a caracterizar los defectos congénitos en la síntesis de las hormonas tiroideas.(8)
Biopsia tiroidea: la biopsia de la glándula tiroides es otra de las herramientas que raramente se utiliza para diagnosticar hipotiroidismo. Este examen puede ser un método de elección para diagnosticar tiroiditis, pero no para el hipotiroidismo primario, porque la rápida atrofia folicular difícilmente puede ser detectada en una biopsia insicional. Éste puede ser un método útil para diferenciar la forma primaria de la secundaria del hipotiroidismo, donde se encuentran grandes folículos con células epiteliales aplanadas, consecuencia de la insuficiente secreción de TSH. Los riesgos de una biopsia tiroidea incluyen los inherentes a los de la anestesia general y el daño al tejido circundante o de las glándulas paratiroides y los nervios laríngeos recurrentes.(13)
Prueba Terapéutica: Cuando las pruebas diagnósticas no proporcionen un diagnóstico claro de hipotiroidismo, se sugiere la terapia de reemplazo hormonal como paso diagnóstico. El costo de las pruebas diagnósticas es comúnmente mencionado como una dificultad para el propietario. Se debe enfatizar que la terapia de reemplazo hormonal es generalmente requerida para mantener con vida al animal. Por otra parte, un diagnóstico incorrecto puede también ser bastante caro, y un diagnóstico tardío de la enfermedad podría ser perjudicial. Además, si los procedimientos diagnósticos, con una prueba terapéutica de por medio, entregan resultados contradictorios que pueden ser muy difíciles de interpretar, porque la secreción de una glándula tiroides normal es inhibida por este procedimiento.(8) Una respuesta positiva a la terapia debe ser interpretada con cuidado porque los signos clínicos de un paciente eutiroideo pueden mejorar en animales tratados con L-tiroxina. Un diagnóstico de hipotiroidismo sobre la respuesta a la terapia, puede ser confirmado con la recurrencia de los signos clínicos después de suspender la suplementación.(7)
 

 

HIPOTIROIDISMO CANINO. TRATAMIENTO

 

 
Nota: El tratamiento de los animales sólo debe ser realizado por veterinarios titulados. Además, los médicos veterinarios deben consultar la literatura y las formulaciones farmacológicas vigentes antes de iniciar un protocolo de tratamiento.

El tratamiento inicial es L-tiroxina sintética, porque contribuye a la normalización de las concentraciones de T3 y T4. El riego de provocar hipertiroidismo iatrogénico es bajo, porque se mantiene la regulación fisiológica de la conversión de T4 a T3. La biodisponibilidad puede variar significativamente según los distintos productos farmacéuticos, por lo que es recomendable utilizar la marca original para iniciar el tratamiento. También es recomendable medir la concentración de T4 total 4 – 8 semanas después de cambiar el tratamiento desde la marca original a un medicamento genérico.7 Con raras excepciones, el tratamiento de sustitución hormonal es necesario para mantener con vida a los pacientes.(1)
Debido a la variabilidad en la absorción de la L-tiroxina y a su vida media plasmática, la frecuencia y la dosis óptima de la suplementación es variable entre los distintos perros. El tratamiento debe ser iniciado con dosis de 0,02 mg/kg cada 12 horas por vía oral y debe ser ajustada de acuerdo a los resultados del monitoreo terapéutico. Con la administración dos veces al día mejora la probabilidad de respuesta al tratamiento en todos los perros. Después de la remisión de los signos clínicos y de la estabilización en las concentraciones plasmáticas de T4 total en los rangos terapéuticos, la mayor parte de los perros pueden ser mantenidos con dosis de 0,02 mg/kg en dosis única diaria.(6, 7)
El más importante indicador de éxito en la terapia es el mejoramiento clínico. La resolución de signos metabólicos, como la letargia y la apatía mental debieran producirse dentro de las 2 semanas desde iniciada la terapia. Otras anormalidades, incluidos los signos dermatológicos, pueden demorar unos 3 meses en resolverse.(6)
El monitoreo bioquímico de la terapia se hace necesario, por la variabilidad individual al tratamiento; se requieren ajustes de dosis en aproximadamente la mitad de los pacientes.6 El monitoreo terapéutico de los niveles de T4 total y cTSH debiera hacerse entre las 4 y 8 semanas después de iniciada la terapia de sustitución. Las concentraciones plasmáticas de T4 total se miden con intervalos de de 6 a 8 semanas, durante los primeros 6 a 8 meses desde el inicio del tratamiento, debido a los nuevos niveles de esta hormona al estabilizarse el metabolismo basal y, de ser necesario, ajustar las dosis. Cuando queden documentados niveles plasmáticos adecuados de T4 total y se estabilicen las dosis de L-tiroxina, la frecuencia en la medición de T4 total plasmática puede reducirse a una o dos veces al año.(7)
Con una dosis única diaria de L-tiroxina, el peak de concentración plasmática de T4 total, generalmente se encuentra ligeramente por sobre el límite superior del intervalo de referencia 24 horas después de la administración. Los animales con 2 tomas al día debieran ser chequeados también 24 horas después de la administración, pero en este caso, las concentraciones máximas que se esperan en la mitad del intervalo interdosis (4 a 8 horas) es menor a la encontrada en el momento de la siguiente dosis.1 Seis horas después de la administración de Soloxine®, en un régimen de dosis única diaria, la media de la T4 total plasmática es de aproximadamente 55 mmol/L, valor que se asocia a un buen control clínico en la mayor parte de los perros. Por otra parte, los valores inferiores a 35 mmol/L, usualmente indican la necesidad de aumentar la dosificación. La persistencia de elevadas concentraciones plasmáticas de cTSH, es un predictor confiable de aumento del requerimiento terapéutico, aunque una concentración plasmática de cTSH, dentro del intervalo de referencia, no es garantía de una terapia adecuada. Una disminución de las concentraciones de colesterol y triglicéridos y un incremento del recuento de glóbulos rojos, pueden ser utilizados como un indicador del efecto general de la terapia de suplementación, aunque no es un dato confiable en la confirmación de la eficacia terapéutica.(6)
 

 

HIPOTIROIDISMO CANINO. PRONÓSTICO

 

 
El pronóstico, para el restablecimiento de la condición fisiológica normal tras el tratamiento, es excelente para la mayor parte de los perros hipotiroideos adultos. El pronóstico en el mixedema depende de la prontitud de su reconocimiento. El pronóstico en cachorros con hipotiroidismo congénito depende de la edad a la que se inicia el tratamiento.(7)
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